miércoles, 20 de noviembre de 2019

CARNAVALES Y S. SANTA

Acabamos de terminar una de las peores fiestas de nuestra historia carnavalesca. Y no ha sido por culpa del tiempo precisamente.
Si nuestras autoridades siguen en la misma línea y no invierten más dinero y más tiempo, nuestros carnavales se perderán irremediablemente.
A las pruebas me remito: Las listas de participantes es cada vez menor y los componentes más mayores. El relevo generacional no se ve por ahora.
 El público cada año asiste en menor cantidad y al poco que queda se le ubica en un pabellón deportivo, pensado para otro tipo de actividades y con una acústica muy deficiente. Los participantes no entendieron cómo el jurado pudo emitir su voto, dado que ni ajustes ni afinamientos podían distinguirse de ese sonido que se emitía y que a nadie agradaba.
Esta, como casi todas en Algeciras, es una fiesta que necesita más “amor” y tiempo del que le están dedicando nuestras autoridades locales. Como muestra bien vale un botón: Las agrupaciones participantes no tenían ni agua para beber, cuando en todos los pueblos de la comarca le dan “vinillo pa refrescar la garganta” y algunos hasta un pequeño refrigerio.
Por cierto, ¿qué ha pasado con la carpa del parque?
Por último, ¿cuántos algecireños/as estaban la noche del sábado en las calles viviendo el carnaval?
¡Lo dicho, señora Nieto, o cuida usted de la fiesta o termina con ella!

Otra fiesta que también anda de capa caída, es nuestra semana santa. Después de un resurgimiento espectacular, alcanzando un grado elevado de belleza y participación, nuestra semana de dolor ha entrado en una dinámica de dejadez y olvido que costará muchos años volverla a levantar y el término está empleado adrede.
Tenemos la semana santa más corta de todo el orbe. Comienza en domingo de ramos y termina en el martes del Medinaceli. ¡Y ésto es así, por mucho que nos duela!
Este año, según parece, se volverá a pasar por la calle Ancha. El precio del arreglo de la calzada ha sido elevadísimo y la ausencia de las farolas isabelinas, desconozco los motivos, restarán brillantez al paso de los tronos, nazarenos o penitentes y  bandas. Pero si este itinerario con tanta solera, va a engrandecer y dar más diversión, en el buen sentido de la palabra, a nuestra semana santa, bienvenido sea.
Pero mucho me temo que este año como en anteriores, el personal coja las de Villadiego el jueves y se tome un merecido descanso en tierras más o menos próximas. Y es que al algecireño hay que demostrarle que su presencia es necesaria. Que su aportación es tan importante como la misma fiesta. Las hermandades y cofradías, deberían tomar cartas en el asunto y exhortar a los paisanos a quedarse y vivir la semana santa algecireña. Pero para eso es necesario ofrecer originalidad y variedad (difícil en esta fiesta, pero no imposible),
Y es que en definitiva, como diría nuestro alcalde, hay que transmitir al ciudadano que la participación es la mejor forma de querer a Algeciras y hacerla importante. Que no todas las veces tienen  la culpa los políticos, que las asociaciones vecinales y de cualquier otro tipo deben colaborar en conjunto, unirse para determinados actos y movilizar sus barriadas para contribuir y engrandecer nuestras fiestas y nuestro pueblo.



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