martes, 19 de noviembre de 2019

DÍA 28, DÍA DE ANDALUCÍA


     DISCURSO PRONUNCIADO POR LA CONCEJALA ISABEL MARTÍNEZ EL DÍA DE ANDALUCÍA 2015



    
DÍA 28, DÍA DE ANDALUCÍA

En estos días que vivimos en los que algunas regiones claman a los cuatro vientos su “status” como país, nacionalidad, nación, etc… los andaluces qué poca importancia le damos a nuestra Andalucía.
Andalucía es por derecho propio más que un país, una nacionalidad y más que una nación. Andalucía es una Patria, vocablo que en su definición recoge a todas las anteriores. Esta fue una propuesta que se aprobó en el Parlamento Andaluz los días 13 y 14 de abril de 1983 y reconocida por la Comisión Constitucional del Congreso de Diputados en su sesión de 20 de noviembre de 2002 en una proposición no de ley.
Pero esta Patria mía, a menudo es olvidada por sus hijos, a menudo permitimos los expolios y falseamientos de nuestra historia. Antigua y reciente. Valga como ejemplo el hecho constatable de que nuestros hijos cada día hablan un andaluz más castellanizado.
Hoy día festivo por excelencia, también debe serlo de reivindicaciones y toda andaluza de bien debe aprovechar cualquier circunstancia o medio para exigir para nuestra tierra lo que los demás ya tienen.
Llevamos cuarenta y tantos años gobernados por los mismos. Entramos en democracia en el vagón de cola y en el mismo seguimos.

 No sé si deben cambiar los gobiernos, los partidos o las instituciones pero sí estoy segura que se debe dar un giro de 180° al fondo y a la forma de gobernar, de gestionar y aprovechar nuestros  recursos y patrimonios porque esta fórmula se ha quedado caduca y anticuada.
Andalucía necesita imaginación, innovación e ilusión entre sus gentes. Salir del inmovilismo en el que hemos caído. Que se sepa que no somos una tierra subsidiada. Que se sepa que nuestros trabajadores ya han demostrado por activa y pasiva de lo que son capaces.
Necesitamos recuperar nuestra historia porque hemos sido un pueblo creador de cultura netamente española.
Necesitamos que nuestros gobernantes se impregnen del espíritu de Blas Infante que estimaba que el andalucismo debía de existir como denominador común en todos los partidos a fin de luchar todos juntos por la recuperación de Andalucía.
Y para terminar, sólo quiero gritar un Viva Andalucía con mayúsculas y sin coletillas trasnochadas: ¡VIVA ANDALUCÍA!

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